Playa Girón
Oil on canvas
114.5 x 126.5 cm
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Al triunfo de la Revolución Cubana, el 1.0 de enero de 1959, el itinerario creativo de Mariano transita por un momento de gran esplendor. De inmediato, su dominio del oficio se subordina a la nueva realidad, al dinamismo perceptible en el sector cultural y a los intereses de la nación. Cuando en mayo de 1960 el Gobierno revolucionario lo designa consejero cultural de la embajada de Cuba en la India, el encuentro con esa cultura milenaria introduce otra motivación en su obra e inunda su paleta de intensos colores. Estampadas por la madurez del autor y la novedad del medio, emergen telas y pinturas sobre papel, inscritas como memoria de una de las más relevantes experiencias diplomáticas y creativas de su amplio andar por varios continentes. De este período resulta imprescindible referir lienzos representativos como Hombre, paraguas y niños (1960), Mezquita de Jama Masjid (1960) y El sari blanco (1961), y las tintas Mujer hindú (1960), Hombre con turbante, Mezquita y Escena de la India, de 1961. En 1961 regresa a la patria y se involucra en los preparativos del Primer Congreso de Escritores y Artistas, en el cual es elegido presidente de la Sección de Artes Plásticas de la naciente Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), mientras en 1962 comienza a trabajar en la Casa de las Américas y una muestra personal suya deja inaugurada la Galería de La Habana; todo ello confirma su protagónico lugar dentro del panorama plástico nacional. Mariano vivió e interpretó intensamente los primeros años de la Revolución, cuando emerge una poética centrada en la épica de los sesenta, desde un repertorio temático impregnado de hechos históricos y sucesos del presente o del pasado inmediato como II Declaración de La Habana (1962); Playa Girón y Asamblea popular (1963); El barco espía, De la Sierra al llano, Hombre con sombrero y fusil, Hombre trabajando, Barbudo y milicianos, Mujer y miliciano y Miliciano con paloma, todos ca. 1963, y las tintas de la serie Hombres y plantas vigilan (1963). Playa Girón es la reacción de Mariano ante la invasión mercenaria por esa zona de la península de Zapata en abril de 1961, tema trabajado en la década del sesenta por importantes creadores, entre ellos Servando Cabrera Moreno, Raúl Martínez, Alfredo Sosabravo y Adigio Benítez. La obra se exhibió por primera vez en la exposición Mariano. Óleos y dibujos del 63 en Galería de La Habana, y se registra como uno de los lienzos que mayor interés ha despertado en la crítica especializada y la mirada de curadores, si atendemos a su amplia trayectoria de participación en muestras individuales, colectivas, nacionales e internacionales. En la superficie pictórica dominan las manchas de color; se aprecia el dramatismo de las pinceladas negras, próximas al epicentro de la composición, que se contrapone con las figuras insinuadas hacia la derecha por motas de tonos que tienden al blanco y los marfiles. Al fondo, otras tres figuras, más sugeridas que reales. Según el periodista y crítico de arte, Alejandro Alonso, “…el autor confesó que la estructura del lienzo había partido de la célebre obra de Goya sobre los fusilamientos de Mayo; pinceladas grandes y manchas de color y espátula; el dibujo para fijar la dinámica […]. Este lienzo es el preludio del regreso de Mariano a la figuración, cuando se aprecia la distinción del discurso grotesco expresionista, con obras de alto contenido político, como Reunión de la OEA (ca. 1964). - MC. TERESA TORANZO CASTILLO - 29 de marzo de 2021