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CARTELES IN FRAGANTI

Pepe Menéndez

La tradición gráfica cubana es tan fuerte, está tan arraigada, que creadores absolutamente contemporáneos, como Pepe Menéndez, la integran con una naturalidad, unas credenciales, una contundencia formal y estilística que asombraría en otros contextos. Los carteles de Menéndez tienen la exquisita calidad de los clásicos. No hay rupturas con ese extraordinario movimiento que se consolidó en la segunda mitad del siglo pasado (y que tuvo al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, a Casa de las Américas y a otras instituciones como escenario y objeto por excelencia), pero sí es evidente la actualización de códigos, el diálogo rico con las nuevas realidades. Pero esas convincentes implicaciones estéticas de los carteles de Menéndez, esa maravillosa economía de recursos expresivos, esa fuerza en el discurso, su capacidad de sugerir, más que decir... conectan perfectamente con las creaciones de grandes maestros del diseño gráfico cubano, asumido en buena medida como realización artística, sin olvidar por supuesto la necesidad primera de funcionar. Funcionalidad y vuelo. Y también confluencia feliz de referentes múltiples. Un diseñador no tiene que ser un artista (y ahí hay un debate permanente), pero Pepe Menéndez lo es. Sus carteles no son simplemente gritos en las paredes... hay algo mucho más elaborado en su concepción, que trasciende muchas veces el momento, la obra que lo inspira y a la que sirve.